viernes, 29 de abril de 2011

El sueño de mi princesa


¿Te ha pasado qué… Con tan solo una mirada, tu cuerpo experimenta un millón de cosas a la vez? Es como si, algo se inyectara en lo más profundo de tú ser y lo cambia todo en un segundo. Como si experimentaras lo que llaman “amor a primera vista” esa corazonada que te dice que esa es la persona es la indicada. Que es con ella con la que puedes compartir el resto de tus días. Eso me pasó a mi cuando vi por primera vez a Coraline, bastó un “cruce” de miradas entre la multitud para saber que ella era el amor de mi vida.
Ella es distinta a todas; muy distinta. Tiene una forma de ser especial, su modo de tratar a las personas, como me dice “Te amo”, todo. Todo en ella hace que sea única, la hace el ser más perfecto que pisa la tierra, perfecta para mi. No se imaginan lo difícil que fue llegar a ella, tiene un carácter extremadamente fuerte y le cuesta un mundo creer en las personas… Quizás por el dicho “Si no lo veo, no lo creo”. El problema era que ella no puede ver, cuando era pequeña perdió la vista en un accidente de transito. Para mi, eso la hace doblemente hermosa, por que eso quería decir que no me quiere por mi apariencia física, me quiere por lo que soy.
_Amor, cuanto tardarás?
_Un par de minutos nada más, termino de hacer unos papeles y vuelvo a casa para que cenemos juntos.
_No sé por que haces tantos trámites de un día para otro, espero que no me estés ocultando nada.
_Confía en mi cielo, ahora debo colgar, un beso.
_Te amo
_Yo te amo más preciosa. –Luego de firmar los últimos papeles, volví a casa. Este sería el mejor regalo de cumpleaños que alguien haga en el mundo, solo espero que le guste, su felicidad es la mía, y ver su sonrisa es lo mejor. Es lo que me ayuda a salir adelante en momentos difíciles, me ánima.
Cuando llegué a casa, cenamos, y fuimos a recostarnos en la pieza. Entramos con la luz apagada, y nos acomodamos de manera que ella quedara con su cabeza en mi pecho y yo la rodeara por la cintura con una de mis manos, y con la otra acariciara su fino y suave rostro. Dios, no se imaginan cuanto la amo.
_Bill –Susurró acariciando mi pecho sobre la camiseta
_Dime princesa –Ella amaba que la amaba que la llamara así, y como no hacerlo? Si ella era la princesa de mi mundo, era quién le daba alegría a mis días, era mía y me sentía extremadamente afortunado al saberlo.
_Tú estarás conmigo para siempre verdad? No me abandonarás?
_Claro que no princesa, no podría dejarte ni aunque quisiera. Sería como dejar de respirar, sería… No sé, pero jamás lo haré amor –Le di un corto y suave beso en los labios y la apreté más contra mi, el calor que emitía su cuerpo era tan acogedor, que por mi me pondría pegamento y estaría así con ella para siempre.
Es que… Es tan bonito lo que siento al estar con ella, cuando me sonríe se enciende una llama en mi interior que ni todos los bomberos del mundo podrían apagar, cuando me dice “Te amo” es la gloria, como estar en el paraíso mismo. Me han enviado un ángel a la tierra, el ángel más hermoso de todos, que es capas de hacerme sentir un enorme zoológico haciendo desorden en mi estómago, es tan especial, es… Es lo mejor que alguien puede tener, y por suerte, la tengo yo. Es mía y la haré feliz, haré que su hermosa sonrisa permanezca allí radiante, hasta nuestros últimos días juntos.

El cumpleaños de mi princesa se acercaba a pasos agigantados, mi ansiedad aumentaba cada vez más y mis ganas de saber su reacción eran enormes. Su felicidad era el mejor regalo
_Biiiiiiiiiill! Biiiiill! –Gritaba Coraline
_¿Te pasó algo amor? –Entré con el alma en un hilo a nuestra habitación
_Bill es que no vas a creérmelo –Dijo entre llantos, me acerqué a ella y la abracé fuertemente.
_¿Que pasa princesa?
_Han llamado del hospital Bill, alguien a querido donarme sus corneas. Podré verte Bill! Por fin, no sabes lo feliz que me pone la noticia! –Dios, que feliz estaba, esto era genial.
_G-genial amor –Besé sus labios repetidas veces- Cuando te operarán?
_El 16 amor, para mi cumpleaños. Que mejor regalo que poder verte? Nada amor esto es lo mejor! –Volví a unir nuestros labios un largo rato. Su sonrisa… Es la más hermosa del mundo.

Le eché un último vistazo a la casa, antes de partir con Coraline al hospital. En el camino no dejo de repetir que estaba ansiosa por verme, por saber si era como ella me imaginaba, y lo feliz que se sentía.
La acostaron en una camilla y conectaron un par de tubos a su cuerpo.
_Coraline! –Grité antes de que la ingresaran a la sala de operaciones, los médicos se detuvieron, ya sabían el por qué.
_Queda tan poquito amor –Susurró buscando mi mano, la tomé con delicadeza y la acaricié
_Te amo hermosa.
_Y yo a ti Bill –Dios, no se por qué me costaba tanto esto ahora.
_Princesa, quieres hacerme un último favor antes de ingresar allí dentro?
_Claro amor, dime
_Puedes sonreír para mi? –A partir de ahora, nada sería igual y estaba claro.
_Que eres tontito –Sonrió y la observe con mis ojos llenos de lágrimas, conservaría esa imagen por siempre en mi mente. Me acerqué a ella y uní nuestros labios en un tierno beso.
_Suerte –Acaricié su mejilla, la ingresaron a la sala y yo volví a donde debía estar.

Narra Coraline:
Mareo, eso es lo que sentía, un intenso mareo, escuchaba voces a mí alrededor, pero no era capas de reconocerlas, intenté abrir mis ojos pero estaban vendados, me quejé
_Creo que ha despertado –Habló una mujer
_Estas despierta Coraline?
_S-si, por qué tengo los ojos vendaos?
_No puedes llegar y abrir los ojos así como así, pero espera un par de minutos y te la quitaremos. Comencé a tararear una canción en mi mente para hacer que los minutos pasaran más cortos, estaba tan ansiosa y es que… ¡Por fin podré ver a Bill! Sé que es hermoso y qué es lo mejor que me pudo haber pasado en la vida, pero necesito verlo.
Pasaron muchos minutos y nadie me quitaba la venda de los ojos, ya comenzaba a hartarme de la situación.
_ ¿Cuando me quitaran esto? –Dije llevándome una mano a la maldita venda que me cubría
_El doctor esta preparándolo todo querida –Habló quién supuse era una enfermera- Vendrá en un par de minutos –Já, hace horas me dijeron que me quitarían esto en unos minutos.
_Estás lista para estrenar tus nuevos ojos? –Preguntó la voz del doctor.
_Si, pronto por favor! –No cabía más emoción en mi
_Bien, Elena prepare todo
_Enseguida doctor –Esperé un par de segundos, y de repente sentí las manos del doctor sobre la venda
_Te quitaré la venda muchacha, pero no quiero que abras los ojos de inmediato entendido, tiene que ser lento
_Está bien, solo hágalo! –Cortó un lado de lo que me cubría los ojos y comenzó a quitarlo, los segundos se me hacían horas, llevaba años, muchos años esperando esto y ahora por fin, volvería a ver.
El doctor le dio las últimas vueltas a la venda y terminó de quitarla por completo.
_Bien Coraline, quiero que abras de a poco y muy lentamente tus ojos, si te duele mucho solo dilo esta bien? –Asentí con la cabeza, comencé a abrirlos de a poco,  pestañeaba muy seguido tratando de enfocar mi vista en algo, había poquísima luz en aquella habitación, y veía todo borroso
_No distingo nada, veo borroso
_Es normal, ahora sigue esto –Enfoco algo en mis ojos y yo solo seguía la lucecita que esto irradiaba- Muy bien, ahora haz para atrás la cabeza que tengo que echarte unas gotitas –Le hice caso y un par de gotas calló en mis nuevos ojos, de a poco mi vista fue mejorando hasta que vi todo nítidamente, las lágrimas de felicidad comenzaron a desbordar de mis ojos, no podía estar más agradecida de la vida por haberme dado una segunda oportunidad.
_¿Quieres verte en un espejo querida?
_P-por favor –La enfermera me tendió un espejo mediano bastante mono, y lentamente lo subí hasta que quedara a mi altura… Mi cabello, seguía teniendo las mismas ondas que cuando era pequeña, mi nariz la encontraba más respingada… Hasta que me fijé en mis nuevos ojos. Dios, eran realmente hermosos, de seguro eran los ojos más hermosos del mundo, y yo era la afortunada de tenerlos. Eran de un color miel único.
_Alguien te ha escrito una carta Coraline –Habló nuevamente la enfermera
_¿Una carta? ¿Quién la ha dejado?
_Tú solo léela –Me dijo tendiéndome un sobre, lo abrí entusiasmada, al menos había aprendido de leer antes de perder la vista y no creo haberlo olvidado. La letra era hermosa.

Amada Coraline:
             ¡Feliz cumpleaños princesa! ¿Que se siente recuperar la vista? Supongo que no te has enamorado del doctor ehh. No sabes lo inmensamente alegre que estoy por ti, tu felicidad es la mía, gracias por regalarme tantos lindos momentos, gracias por brindarme los años más hermosos de mi vida a tu lado. Por hacerme sentir cosas que nadie más a logrado, por brindarme tu amor y tu amistad. Eres realmente única, y no sabes lo agradecido que estoy de que el hermoso angelito que han enviado a la tierra sea mío.
Sé que has pasado por cosas bastante difíciles, que tu vida no ha sido siempre color rosa, por eso quiero que ha partir de hoy, eso cambie. Que disfrutes de esos ojitos que te han devuelto la vista, y que puedas guardar uno y mil recuerdos en tu mente, así como yo los llevo dentro de mi corazón. Hoy es como comenzar una nueva historia, “verás el mundo con otros ojos” Me encargaré que de tus ojos, no caiga ni una sola lágrima de tristeza, solo de felicidad.
Eres mi vida Coraline, no me explico como he llegado a amarte tanto. Como haz hecho que mis días grises se hayan esfumado y que en mi solo abunde la paz.
Después de tu recuperación, tenemos que celebrar tu cumpleaños! Vamos a salir, y recorrer muchos lugares hermosos para que deleites tu vista (aparte de verme a mi, que eso ya es ver mucha hermosura. Jajajaja)
Gracias por regalarme esa hermosa sonrisa antes de que entraras a pabellón, juro que la guardaré en mi mente hasta mi muerte. En el rincón más sagrado de mi corazón.
Espero que te haya gustado mi regalo de cumpleaños, quiero que de hoy en adelante cuides mis ojitos, que los llenes solo de cosas bellas, no puedo haberte dado algo mejor que eso. Ahora, cada vez que te mires al espejo, me verás a mi, através de tus ojos verás mi alma.
                                   Feliz cumpleaños hermosa, te desea…
                                                               Bill Kaulitz.


Mis ojos no pudieron contener las lágrimas… ¡DIOS MÍO BILL QUE HAZ HECHO!, algo me oprimía el pecho enormemente, no podía parar de llorar y es que ¿Cómo es posible que haya hecho eso por mi? No, no logro entenderlo.
Es obvio que le estaré eternamente agradecida, me ha dado lo que mas anhelaba en la vida, pero no es justo, que el haya dejado de disfrutar su vista, para que yo pueda ver.
_En-enfermera? –Pregunté en un hilo de voz, el doctor ya se había ido-
_Pasa algo Coraline? –Preguntó secando las lágrimas que no pensaban cesar.
_Puedo ir a ver a B-Bill? –Sus ojos me miraban como conteniendo el llanto
_Claro que si linda –Me sentó en una silla de ruedas, y salimos rumbo a la habitación de Bill
_Usted lo sabe todo, verdad?
_S-si –Sollozo- Tienes al hombre más hermoso del mundo a tu lado Coraline, créeme que te has sacado la lotería con él.
Cuando estuvimos frente a la puerta, volvió a azotarme el llanto, la enfermera dio dos toques a la puerta, y se escuchó un “pase” de la voz de Bill.
_Soy la enfermera Bill, como estás? –Levanté la vista poco a poco, y lo vi allí, sentado en su cama como si nada hubiese pasado, tenía el cabello largo, hasta más a bajo de los hombros, su nariz era respingada, sus labios rosados,  un cuerpo delgado y frágil… El superaba a todo lo que mi mente había imaginado durante estos años. No había hombre más hermoso que él en el mundo, podía asegurarlo.
_B-Bill –Chillé, me pare de golpe de la silla de ruedas y corrí a abrazarlo.
_Coraline! Feliz cumpleaños amor –Buscó mi rostro, lo acerqué a sus manos y luego deposite un largo y tierno beso en sus labios.
_¿Porqué lo hiciste Bill? ¿¡Porqué!?
_Es lo mínimo que podía hacer hermosa –Dijo acariciando mi rostro, era tan bello. –Espero que cuides y disfrutes mis ojitos –rió
_Lo haré amor, lo haré –Besé sus manos y me quedé con él allí largo rato.

Narra Bill:
_Ahora tú tendrás que ayudarme –Dije mientras entrábamos a casa
_Claro que si.
_Donde quieres que vayamos a celebrar tu cumpleaños?
_No quiero ir a ninguna parte Bill… Me basta con estar contigo, eres el mejor regalo que alguien pudo haberme dado –Nos besamos largos minutos, comimos algo rápido y nos fuimos a la habitación, me ayudó a ponerme pijama y nos acostamos.
_¿Que tal te ha parecido la casa amor? ¿Te gusta?
_Es hermosa Bill…
_Ahora podrás ver muchas cosas hermosas, partiendo por mí –reímos, ¿He dicho alguna vez que amo su risa? Creo que si, y aunque ahora solo pudiera oírla, me seguía pareciendo hermosa.
_Tú eres lo más hermoso que puedo ver –Dijo besando mis labios- Gracias Bill, gracias –Dijo apoyando su cabeza en mi pecho, mientras yo jugaba con su cabello.
_No tienes nada que agradecerme, yo solo quería hacer realidad el sueño de mi princesa.
                               FIN

domingo, 23 de enero de 2011

OneShoot "Juntos más allá de la muerte, más allá de la eternidad"

_Ustedes no lo conocían! No tienen ni la más mínima idea de cómo era él, VAYANSE! Ustedes no lo quieren, nunca lo quisieron, no como lo hago yo. FUERA! –Grité desesperada mientras espantaba a todas las personas que me acompañaban. Su presencia era solo por interés, ellos no sentían nada, no como lo que yo estaba sintiendo, ellos no estaban muriendo como lo hacía yo, recorrí con la vista empañada una última vez el lugar, y corrí hasta mi auto, la lluvia había mojado por completo mi vestido negro, no me importó mojar el asiento, no me importo conducir en las condiciones en las que me encontraba, ya no me importaba nada. Eché a andar el motor, puse a funcionar el limpiaparabrisas, ya que las gotas me nublaban la vista aún más, las lágrimas no dejaban de caer por mi pálido rostro, dejando restos de maquillaje haciendo que mi aspecto fuera aún más penoso. A él no le gustaba verme así, pero ya no podía verme. No podía abrazarme, besarme y decirme que todo iba a estar bien… Ya no estaba, no existía. No existía más que en mi corazón, el cuál latía cada vez más desesperado dentro de mí. Apreté el acelerador y aumenté exageradamente la velocidad, casi no habían autos en la carretera, la lluvia hacía casi imposible conducir. No podía concentrarme en el camino, los recuerdos se acumulaban en mi cabeza, las palabras, los momentos vividos que no se repetirían nunca.
NUNCA, la palabra que más horrible jamás dicha, aquella que nos impide miles de cosas, sinónimo de frustración. La palabra que le quita la máscara a los sueños, dejándonos ver la realidad a la cuál estamos condenados.
Estaba comenzando a oscurecer, las nubes estaban aterradoramente negras, repletas de lágrimas. Comencé a bajar la velocidad al ver que ya casi llegaba a mi destino, detuve el coche a una orilla de la carretera, y bajé dejando que la lluvia volviera a mojar mi cuerpo por completo, limpié un poco mis ojos y le di un vistazo al lugar, seguía igual que la primera y única vez que vine aquí

Flashback: (DAR PLAY HASTA EL FINAL DE LA CANCIÓN) ---> http://www.youtube.com/watch?v=3ZjhNwQdSI8&playnext=1&list=PL78E100A41AFE6F29&index=14
_El lugar es hermoso –Dije con la vista perdida en el sol que se ocultaba tras el mar.
_Por eso lo he escogido, es especial, como la propuesta que quiero hacerte –Susurró en mi oído, haciendo que me estremeciera.
_Que propuesta?
_Pero no tienes que preguntarme, has como si no te hubiese dicho nada. Tengo que decirlo sin que te lo esperes.
_Está bien –Y volví a perder mi vista en el hermoso mar, que no se comparaba ni en lo más mínimo a la hermosura de mi novio.
_Keith…
_Si amor? –Me di vuelta para mirarlo de frente, pero no vi nada, bajé la vista y ahí estaba él, el hombre más perfecto entre los perfectos, arrodillado frente a mi.
_Aceptarías ser la esposa de este enamorado sin remedio –Dijo tendiéndome un anillo con una enorme sonrisa en el rostro, una hermosa, hermosa sonrisa.
_Claro que si Bill –Exclamé con lágrimas en los ojos, mientras el se ponía de pié y me tomaba en brazos, Dios! No se puede pedir nada mejor que él es que es simplemente único, y mío… Solo mío. – Te amo
_Te amo –Soltamos al mismo tiempo, y besé sus dulces y tibios labios que me llevaban al cielo con solo sentirlos, jamás pensé que alguien me propondría matrimonio de esta manera, pero claro está que Bill es la excepción a toda regla. Nos separamos para coger aire, me rodeó la cintura con las brazos pegando mi espalda a su pecho y apoyando, yo puse mis manos sobre las suyas y suspiré feliz.
_ ¿Porqué eres tan perfecto Bill?
_Yo no soy perfecto princesa –Princesa, como amaba que me llamara así.
_No cualquier hombre le propone matrimonio a su novia sobre las rocas con una vista como esta y con puesta de sol incluida, y esta es una de las miles de cosas que desde mi punto de vista te hacen perfecto.
_Lo hice por que te amo, y te mereces lo mejor del mundo.
_Tenerte a ti ya es lo mejor del mundo –Suspiró en mi cuello, Dios lo amaba con mi vida.
_Eres lo mejor princesa –Dijo depositando un sonoro beso en mi cabeza. Nos quedamos varios minutos en silencio contemplando el sol, hasta que se escondió por completo.
_Bill
_Dime princesa
_Prométeme que nunca me dejarás sola
_A que viene eso?
_A nada, quiero que me prometas que nunca me dejarás sola.
_Princesa, yo jamás te dejaría sola, eres lo más importante que tengo. Eres mi vida, no sería capaz de dejarte.
_Enserio?
_Si, estaremos juntos más allá de la muerte, más allá de la eternidad… Juntos por siempre –Por siempre, repetí en mi cabeza.

El viento revolvía mi cabello mojado haciendo que se me pegara al rostro, me acerqué donde hace un par de años Bill me había hecho la pregunta más hermosa de todas. Donde sentí por fin que mi felicidad estaba completa.
Estaremos juntos más allá de la muerte, más allá de la eternidad… Juntos por siempre
Esas palabras resonaban una y otra vez en mi cabeza, Bill había roto su promesa, me había dejado sola.
_¿Porqué Bill? –Grité mirando hacia el cielo con los ojos entrecerrados por la fuerte lluvia- Rompiste tu promesa! Dijiste juntos por siempre! Y ahora donde estás ehh? DONDE –Gritaba desgarrándome la garganta. Comencé a dar vueltas sobre mi misma, pensando, tratando de recordar que pude haber hecho para que me quitaran a Bill, tratando de averiguar que cosa tan mala habré hecho para tener que pagar con semejante dolor.
Corrí hasta el auto, abrí la guantera y saqué la foto enmarcada de Bill que llevaba conmigo a todas partes y volví a situarme donde mismo.
_¿Porqué te fuiste Bill? –Susurré mirando su foto, observando detenidamente cada detalle, y quedando completamente perdida en sus ojos miel, tal y como pasaba cuando el vivía. Los ojos que se robaron mi corazón, que me hacían suspirar, soñar… Los ojos de la persona que me hacía feliz. Del hombre más perfecto y único del mundo. De MI Bill, mi amigo, mi confidente, mi novio, mi esposo, mi todo… Mi vida.
Caminé entre las rocas, viendo como las olas del mar se reventaban al chocar contra estas, me quité los zapatos y los dejé a un lado, continué caminando mientras mis pies se hacían tira con algunas rocas, haciéndome sentir dolor, pero un dolor que no le llegaba ni a los talones al que sentía por dentro. Me acerqué a la roca más alta, subí lentamente ya que las heridas de mis pies comenzaban a sangrar y molestaban, una vez estuve arriba, miré hacia el horizonte, donde debería estar escondiéndose el sol que alguna vez presencio uno de los días más felices de mi ahora miserable existencia. Hoy no estaba, había desaparecido junto al amor de mi vida.
Miré la foto de Bill detenidamente, grabé en lo más oculto de mi memoria cada rasgo, cada detalle de su rostro y la dejé afirmada en una roca.
_Te amo Bill Kaulitz… –Y como si este me respondiera, un enorme rayo frente a mi iluminó el cielo. Di un paso al frente, y me dejé caer al mar.

Al principio todo era oscuridad, no había nadie, seguía estando sola. Él no cumplirá su promesa pensé, pero de repente, algo iluminó el lugar, una hermosa luz blanca, la que solo el irradiaba.
_B-Bill?
_Soy yo princesa, acércate –Dijo con su hermosa y suave voz.
_Pensé que no cumplirías tu promesa… Que de verdad me quedaría sola
_Yo siempre cumplo mis promesas, ahora dame tu mano hermosa…
_A donde vamos?
_A ser felices, más allá de la muerte, más allá de la eternidad, vamos a ser felices juntos, por siempre.



                                  FIN